Muammar Gadafi está decidido a aferrarse al poder en Libia a cualquier precio. Su segundo hijo Saif al-Gaddafi, ordenó a los milicianos disparar contra los manifestantes en la voluntad. Él les dijo que no se preocuparan por la munición, y les aseguró que hay mucha y que les proporcionará alimentos, más armas y armaduras. También mencionó que los mercenarios que han demostrado valor y lealtad en la batalla contra los manifestantes, a quienes llamó los enemigos de Libia, será recompensado.